El mito: Kubrick

II.

En su excelente biografía sobre Stanley Kubrick, John Baxter señala que muchos consideran a Tony Masters como el no reconocido cocreador de “2001: Odisea del espacio”. La indicación resulta algo exagerada, si bien es cierto que un arquitecto no puedo dejar de admirar el trabajo de proyecto que ha requerido, la elaboración de las escenografias: esbozos, dibujo, maquetas, pruebas y ensayos de materiales.

 “La blandura de miga de pan de la nave Orion de la Pan Am, atendida por azafatas con cascos en forma de burbujas, y el vestíbulo color crema de la estación espacial Hilton con sus sillones color cereza permanecen en la mente cuando elementos mas llamativos de la película ya se han olvidado”.

Como bien señala el crítico de cine italiano Roy Menarini, “2001 cambia el antaño modo de entender la ciencia ficción como un género menor, vulgar. Kubrick adopta los códigos de lo fantástico para construir una reflexión filosófica de gigantesco alcance. Ya no más enanitos verdes, rayos gama o astronaves con forma de plato hondo, sino silencios inhumanos, espacios infinitos, viajes en el tiempo y en la memoria”. El director optará por recursos técnicos y científicos para diferenciarse de una tradición poco amada: La actualización de los descubrimientos astronómicos, la atención hacia los instrumentos utilizados por la Nasa y una acertada intuición acerca de como hubiera sido una expedición astral en el 2001, han hecho que Odisea en el espacio no muestre aún hoy, signos de envejecimiento.

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